Galeria ANIMAL
Santiago, Chile
Al revés, al derecho y viceversa. Mientras el
arroz se pudre en las cajas nosotros, los ingenuos, intentamos explicarnos esta
pudrición mediante la escritura. ¿Es el estado del arte en Chile?, nos
preguntamos. O ¿Es el estado de una obra cuando se enfrenta al espacio de la
exposición, al encuentro con el crítico, con el historiador, con el sujeto
común? Y así. Estamos entrando en el juego nunca claro de las interpretaciones.
Estamos intentando convencernos a nosotros mismos de variadas lecturas
subyacentes. Entonces vamos y nos enfrentamos al color de nuestra bandera, pero
el color sigue siendo eso: color. El blanco, azul y rojo entra en
primera instancia por la vista. Si nos regimos a las primeras instancias, al
génesis, es decir al espacio unipersonal del artista, esas cuatro pequeñas
paredes escindidas del medio artístico, en este caso el chilensis,
entonces tendríamos que hablar de manos que tocan y de ojos que ven. Las manos
y los ojos de Órdenes han entrado en acción, mientras hablamos de ese primer momento
personal. Como se ve, ya tenemos una nueva excusa, una nueva lectura
subyacente. Raro y contradictorio nos resulta entregar esta lectura en desmedro
de otras, pero somos hipócritas en el más gracioso sentido de la palabra.
Antonio Duarte -
2009