El mundo es un arroz que se pudre. El tiempo es un arroz
que se pudre. La enseñanza es un amor que se pudre. El amor es un arroz que se
pudre. Una cama vacía es un arroz que se pudre. Una cama llena es un arroz que
pronto se pudrirá. Una obra es un arroz que se pudre. Una obra que vemos es un
arroz que se pudre más rápidamente. La rapidez es la manera en que se
pudre un arroz. El discurso es un arroz que se pudre. Estamos condenados a
pudrirnos, bajo el aspecto furioso del aire. Salimos a la calle, cruzamos un
par de palabras con un desconocido: entramos en el estado de la pudrición.
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Claves de la pudrición: a) el carácter gastado de nuestros
cerebros b) elucubraciones de ida y vuelta c) el carácter
gastado de nuestras elucubraciones. Y así y todo, con nuestras metáforas de
pacotilla a cuestas, salimos a caminar por el planeta.----( La atmósfera, capa
invisible pero capa al fin. ) Nos vamos cubriendo de espuma, como
el arroz se cubre de espuma, como las camas y las galerías y las facultades se
cubren de espuma. Es un camino trazado por años y años de encontrarnos frente
a: h /como
sea los niños buscan dibujos en sus
platos de comida y la vienesa es una boca tiesa y el puré es un peinado
amarillo que se alarga y se encoge.